Pocos menesteres quedaron que no ejerciera el maestro de primeras Letras
D. Francisco Antonio Guillén del Toro.
Su altruista dedicación a la Gáldar de la primera mitad del siglo XIX
mereció fuera colocada en la casa donde vivió,
una sencilla placa con el título de “benefactor” que le concedía el Ayuntamiento.
Pocos menesteres quedaron que no ejerciera el maestro de primeras Letras
D. Francisco Antonio Guillén del Toro.
Su altruista dedicación a la Gáldar de la primera mitad del siglo XIX
mereció fuera colocada en la casa donde vivió,
una sencilla placa con el título de “benefactor” que le concedía el Ayuntamiento.